El término FIESTA, de una forma o de otra, es un estado de ánimo, siempre positivo. Ante este nuevo estado, las personas reaccionan de diversas formas, pero suele ser un común denominador la transformación de la apariencia. Por ello, al igual que éstas, el espacio, tanto público como doméstico, se transforma, por medio de todo tipo de mecanismos: luces, colores, formas, elementos decorativos, música, imágenes, etc, y es a ese cambio lo que denomino EXPLOSIÓN !
El soporte arquitectónico para desarrollar esta explosión es una NUEVA PIEL de la comunidad. El espacio interior de una manzana, normalmente sereno y tranquilo, salta por los aires, creando grandes cráteres que sus propietarios, y los que no lo son, utilizarán de la forma que deseen. Esto servirá de excusa para provocar la fiesta, provocar la relación social entre vecinos, y potenciar la identificación con el propio barrio, lo necesitan!
Todo esto es posible porque bajo la superficie del suelo existe una red de espacios sensoriales conectados para tal fin, que se desprenden de su paramento superior por medio de elevadores hidráulicos, ajustables según su utilidad. Tanto los cráteres, las tapaderas, como el resto del espacio, pueden ser usados para cualquier ocurrencia. Por ejemplo, mientras en un cráter un grupo de personas deciden cuál es la mejor tortilla de patatas casera de la vecindad, el elemento superior sirve de asiento para ver una película, proyectada sobre una fachada del patio. Esto provoca una multiplicidad de fiestas en una, apoyadas por la nuevas tecnologías, ya que una serie de proyecciones me ponen al tanto de lo que está ocurriendo en las demás salas, mediante fotos, vídeos, o cualquier soporte visual, para no perder ni un segundo del tiempo!, además, el individuo se siente más integrado a la fiesta si ve que él mismo sirve de decoración.
Será
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