domingo, 16 de diciembre de 2007

LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA COMO ACTO FUNDANTE DEL PROYECTO URBANO

He encontrado este texto firmado por Ramón de Torres López en la página de forobarriadas, me parecio interesante y creo que podia servirnos a todos.


La ciudad y el barrio, como parte de ella, constituyen un sistema de gran complejidad, definido por contenidos y valores heterogéneos en términos arquitectónicos, funcionales, urbanísticos, económicos, culturales y sociales.

En el análisis de los problemas urbanos es necesario plantear las preguntas de fondo:

¿Qué es el hábitat?

¿Qué es el habitar?

Decía César Vallejo que “una casa viene al mundo cuando se habita”. En efecto, hay que distinguir entre el sustantivo y el verbo. El hábitat es el lugar donde se desarrolla la acción de habitar. Lo importante es el habitar, que no es sólo una cuestión que afecta al espacio físico construido. Las Políticas Comunitarias en los barrios deben configurar una estrategia de procesos sociales que permitan abordar la intervención con una perspectiva de integración o interdependencia de las acciones y su sostenibilidad, generando procesos de cambio con efectos duraderos sobre las condiciones de vida. La complejidad y el alto coste económico de este tipo de operaciones obliga a la incorporación del mayor número posible de recursos, entendiendo éstos como medios para la acción y no sólo como medios económicos. Como tales habría que entender la capacidad de trabajo de los residentes, las habilidades e iniciativas de los vecinos, las acciones proyectadas o la ejecución por todo tipo de agentes, el patrimonio edificable disponible, etc.

Otra cuestión fundamental hoy es la integración de las diferentes culturas, no sólo de los inmigrantes africanos, que están produciendo mezclas o hibridaciones de donde salen otras culturas distintas, ni mejores ni peores.

Las soluciones deben adaptarse a cada situación y exigen periodos de tiempo de tipo medio o largo y requieren una mentalidad pública, civil y colectiva y que los valores domésticos y privados estén subordinados a los públicos y colectivos.

El proyecto urbano como acción poética

Intervenir en la ciudad, en sus barrios, significa abrir el debate a la Comunidad. Para ello se necesita de la teoría y de la práctica, se requiere una acción poética. Poética entendida como teoría práctica, como fusión o subconjunto común a ambas. Esa teoría práctica no son ideas metafísicas “más o menos fantasmales” sino útiles materiales electroquímicos de nuestra mente. La poética, o teoría práctica, cuando existe se proyecta en el trabajo o en la acción, a la vez que recibe de éste una respuesta de prueba y error. Es decir, nuevos conceptos como si de un juego de frontón se tratara. Ese proceso continuo e inacabable coincide con aquello que llamamos Plan o Proyecto. Todo proyecto arranca de conceptos, experiencias, teorías, modelos, etc. que empiezan con unas primeras propuestas tentativas, capaces ya de producir nueva teoría. Esa teoría viene a través de un proceso racional, histórico, dialéctico y material.

En tal perspectiva cualquier Plan o Proyecto de Acción Integral sobre los barrios, debe ser la formalización de una estrategia de procesos sociales en donde la participación ciudadana se conciba como un acto fundante. Pero la participación exige también ser impulsada a través de un proyecto concreto, específico. Arranca pues como una acción poética (teoría práctica).

Este proceso participativo exige, al menos, la integración de 4 etapas:

1. Autocrítica inicial

La autocrítica en el inicio del proceso es una cuestión fundamental. Es preciso evaluar la voluntad política para actuar, saber hasta dónde se puede decidir sin engañar a los ciudadanos.

La experiencia demuestra que si se pone mucho en juego, si los ciudadanos pueden contribuir a las decisiones, participan, y que si se trata sólo de acciones consultivas la participación es escasa o nula.

La participación es una condición “sine qua non” para la concepción integrada de las políticas de actuación. Los agentes participantes deben tener la posibilidad de compartir e influir en todas las decisiones del Plan o Programa. El compromiso de la población destinataria es una garantía de eficacia en el resultado de las acciones que se emprendan y en su duración.

2. Conexión con las redes informales

Además del trabajo con las asociaciones y con los ciudadanos que están organizados, es preciso conectar con las personas que no suelen asistir a las reuniones de trabajo. Hay que conectar con las redes informales –mercados, colegios, bares, etc. ­– para identificar las distintas posiciones sociales. Esta fase, que pretende llegar a lo significativo de la población, se desarrolla con técnicas sociológicas.

Asimismo, la participación de la sociedad civil debe extenderse a otras instancias sociales representativas en el campo de la transmisión del saber, como la universidad y otro tipo de personas vinculadas al campo del arte y la cultura e instancias de carácter más gremial, así como asociaciones y organizaciones no gubernamentales cuyos objetivos sean la mejora de la calidad de vida de la población destinataria. Se trata de construir redes permanentes de participación, apoyo e intercambio.

3. La autodevolución

La aplicación de técnicas de autodevolución permite devolver a los ciudadanos aquellas ideas, criterios, sugerencias y objetivos que ellos mismos proponen. Para ello es preciso la organización de talleres para que los vecinos, debidamente estructurados en grupos, valoren y decidan sobre las cuestiones de mayor relevancia. Estas prácticas fomentan la implicación de los ciudadanos en el proceso.

4. El Plan o Programa de Acción Integral

Las estrategias de intervención, formalizadas como Plan o Programa, deben integrar, como aspectos prácticos, la elaboración del diagnóstico, la delimitación del área de intervención, el documento del contenido del Plan o Programa, la creación de un órgano autónomo de gestión, el procedimiento específico de regulación de las acciones, el cálculo económico de las mismas y el programa temporal de las actuaciones.

Es importante prever el sistema de corrección del proceso que permita incorporar las rectificaciones o los ajustes necesarios.

El Plan o Programa integrará, al menos, una serie de objetivos de carácter específico:

4.1. Vivienda

Mantener el tejido residencial, fijando a la población residente, mediante actuaciones en materia de política de viviendas, para la mejora de las condiciones de habitabilidad de las mismas, promocionando la ocupación de aquellas que estén abandonadas y sin uso, previendo las actuaciones necesarias de nueva planta.

4.2. Aspectos sociales

Incorporar medidas sociales, programas de mejora de la salud, de la escolarización, experiencias de integración social y de formación para el empleo, especialmente dirigidas a los colectivos sociales más vulnerables, para favorecer la integración de la población residente.

4.3. Aspectos culturales

Promover socialmente la cultura de la rehabilitación para conseguir otras metas de tipo cultural que impulsen y estructuren una demanda que aspire, como expectativa de calidad de vida, a residir en un barrio recalificado, socialmente apreciado por sus valores, dotado de servicios y equipamientos, cuidado en lo arquitectónico, integrado en lo urbanístico y con una atractiva oferta de actividades culturales y de ocio.

4.4. Aspectos medioambientales

Cada barrio es un ecosistema característico con una estructura, una forma, unos usos y un metabolismo propio, situado en un lugar y clima únicos. Consume cantidades de recursos (agua, energía proveniente de fuentes no renovables, alimentos, etc.) que se convierten, tras su paso por el barrio, en residuos difícilmente recuperables que contaminan el entorno (residuos urbanos sin recogida selectiva, aguas contaminadas, etc.) Es necesario caminar hacia una sociedad ecológicamente sostenible primando la utilización de recursos renovables, en los que se plantee el ahorro de agua, de energía o de materiales, evitando la generación de residuos inservibles.

4.5. Actividades económicas

Considerar el barrio como un hecho económico obliga a analizar aspectos como el empleo, la actividad comercial, la producción industrial o artesanal, etc. y proponer determinaciones para las actividades económicas.

4.6. Gestión

Para la planificación y ejecución de las acciones, la negociación con los sectores implicados en las operaciones, la aplicación de los recursos económicos, la definición de los instrumentos técnicos, la colaboración con la población, etc., es necesario disponer un Órgano de Gestión u Oficina especializada con la autonomía suficiente para garantizar el cumplimiento de los objetivos.

4.7. Difusión

La difusión de las acciones debe desempeñar un papel de importancia en la estrategia que se proyecte. No se trata sólo de transmitir lo que se está haciendo, con el objeto de crear un estado de opinión favorable en la sociedad, sino que la transparencia es también condición ineludible de la credibilidad y de la confianza y por ello ayuda a cimentar el consenso y a profundizar en la democracia. Los conflictos que siempre acompañan a todo proceso de cambio pueden encontrar un adecuado instrumento de mediación en el debate que suele propiciar la difusión.

4.8. Intercambio de experiencias

El debate y la reflexión sobre las experiencias de intervención en los barrios permiten extraer enseñanzas extrapolables para avanzar en las políticas de intervención y gestión urbana y tender redes permanentes de intercambio de información y experiencias entre organismos, ciudades y barrios. La creación de redes puede suministrar un foro de referencia permanente para el debate, la puesta en común y con frecuencia ayuda a la definición de estrategias de intervención, aunque las fórmulas concretas –las acciones– deben ser definidas a la luz de las circunstancias locales.

No hay comentarios: